jueves, 19 de julio de 2012

Capitulo 49: ¿se acordaria?


Nos quedaban dos días en Paris que disfrutamos al máximo, haciendo fotos en cualquier rincón, riéndonos, amándonos, comprando recuerdos y haciendo planes de futuro, de nuestro futuro juntos.
Decidimos que cuando llegásemos le daríamos la nueva noticia a nuestras familias y tanto Pablo como yo decidimos casarnos antes de diciembre que era cuando salía de cuentas.
Nos queríamos casar o a finales de octubre o principios de noviembre, y habíamos pensado casarnos en una playa, teníamos todo medio planeado y así, entre planes de boda, nos encontramos de vuelta a Málaga.
Yo llamé a mis padres y les conté la noticia por teléfono ya que ellos estaban en Madrid, no se la esperaban para nada pero aun así se alegraron mucho, sabían que era feliz y aquello bastaba para que ellos estuviesen contentos.
Cuando se lo contamos a los padres y hermanos de Pablo la felicidad fue increíble, todos se alegraron muchísimo y nos dieron la enhorabuena, aunque nos decían que sabían que pasaría antes o después porque se veía a leguas que estábamos echos el uno para le otro.
Escuchar todas esas cosas me llenaban de alegría, sabía que Pablo era el hombre perfecto para mi y no lo dejaría marchar.
Mis padres habían propuesto una idea que me apreció maravillosa, y fue que como ellos tenían una parcela bastante grande en Cádiz, para que se conociesen las dos familias, nos propusieron ir a pasar un fin de semana todos juntos a la parcela, y asi ambas familias se conocerían antes de la boda.
Otra de las personas que avisamos al poco de llegar fue a Mery, nuestra pequeñaja, la cual, se alegró enormemente y ofreció su ayuda para lo que necesitásemos, sin dudarlo un segundo.
Era la persona mas feliz del mundo, sabía que habíamos tenido nuestras discusiones y que la distancia alguna que otra vez nos había jugado malas pasadas, pero ¿qué pareja no discute nunca? Lo importante era que nos queríamos y no tenia ninguna duda de que eso era así, confiaba plenamente en Pablo y en apenas un año le había dado un giro de 360º a mi vida, sabía que no era demasiado tiempo, normalmente las parejas estaban de novios varios años y luego decidían casarse, pero nosotros no nos considerábamos una pareja corriente y en menos de un año nos conocíamos mucho mas de lo que creíamos.
Era 24 de septiembre por la noche y yo no podía dormir, ya que pese a la fecha hacia mucho calor.
El día siguiente era 25, mi cumpleaños, y en casa no habíamos hablado nada respecto al tema, ¿se acordaría Pablo de mi cumpleaños? No estaba segura pero tampoco es que me importase demasiado, con solo pasar el día a su lado me conformaba.
Nos despertamos a la vez y Pablo no me felicitó, bueno seguramente no se acordaría.
Ese día por la mañana había quedado con Mery, para buscar un vestido blanco, que me pegase para casarme en la playa, pero que no fuese el típico vestido de novia, entre otras cosas porque con mi enorme tripa no me valdría ninguno.
Mery si se acordó de mi cumpleaños y me regaló un álbum lleno de fotos nuestras, con Pablo, solo mías, con amigos, en fin, fotos increíbles tras las cuales había momentos que no querría olvidar, había fotos incluso que no sabían ni que existían.
También me regaló unos tacones blancos, preciosos de cuña.
-Son por si te los quieres poner el día de la boda.
-Son preciosos cariño, pero no se si los aguantaré
-La chica de la tienda me dijo que son muy cómodos y que no se te cansan los pies, pero como tu veas.
-Pues entonces no se hable más me los pondré. Muchas gracias amor.
-Bah, no se merecen
Estuvimos toda la mañana mirando tiendas y finalmente encontré el vestido perfecto: era de un blanco roto, hasta las rodilla, de gasa, ajustado en el pecho con palabra de honor y luego suelto hasta las rodillas.
Me gustaba como me quedaba además por la forma del vestido no marcaba demasiado y no parecía que tenía tanta tripa de embarazada, me lo probé con los tacones y la verdad es que quedaban genial.
Llegué a casa y Pablo no estaba, me vino genial para guardar el vestido y los tacones sin que los viese.
Cuando ya los había guardado decidí tumbarme un rato en el sofá ya que no habíamos parado en toda la mañana. Me puse a leer y sin darme cuenta acabé en mis pensamientos, y fue entonces cuando me di cuenta de que la casa de Pablo tan solo tenía una habitación y que cuando llegase la pequeña Mia no entraríamos todos allí, estaba sumida en mis pensamientos cuando Pablo entró, yo me di cuenta porque me saludo.
-Ola amor
-Ola cielo, ¿que tal?
-Muy bien estuve haciendo unas cosas con Lolo y ¿tu con Mery?
-Muy bien ajajaja de tiendas hemos estado.
-Que peligro teneís ajajaj ¿habeís comprado mucho?
-Que va ajajaj miramos mucho pero no compramos casi nada.
-Jajaj ¿tienes hambre cielo?
-Un poquito si jajaja
-Pues venga, pero hoy comemos fuera, que me apetece salir ¿te parece bien?
-Vale cielo, voy a por el bolso y nos vamos

1 comentario:

  1. Me encantaa espero ya al siguiente jajaja teeq muxioooi

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