jueves, 12 de julio de 2012

Capitulo 45: Mónica


Al día siguiente habíamos quedado con Mery e Iván ya que este estaba con las clases de surf para Pablo.
Le conté a Mery que nos volvíamos a ir a Paris dentro de dos días y ella se alegró mucho, sabía al igual que Pablo que adoraba esa ciudad, y como siempre, se alegraba cada vez que me veía feliz.
Mery se quedaría en Málaga ya que no tenía pensado irse a ningún sitio de vacaciones, y me hizo prometerla que volvería a Málaga unos días antes de volver a Madrid.
No se lo negué, pero sería lo que había dicho ella solo unos días ya que estábamos en septiembre y quería estar en Madrid por si se me adelantaba el embarazo.
Los dos días se me hicieron un poco largos, ya que hacía muchísimo calor y no me apetecía moverme demasiado.
El día del viaje llegó, y nosotros llegamos con tiempo al aeropuerto y nos tocó esperar una media hora a nuestro avión, era una situación parecida a la que vivimos hace unos meses y no pude evitar sonreir.
-Me encanta cuando sonries
-Jajaja y a mí cuando lo haces tu
-Que tonta eres jajaja
-fijate es prácticamente la misma situación de hace unos meses.
-Si, es cierto ajajaj
Entonces la megafonía interrumpió nuestra conversación, estaban dando aviso para los pasajeros rumbo París.
Los asientos que había reservado Pablo eran al lado de la ventana, me encantaba, estaba atento a todo, cada detalle, él sabía que me gustaba viajar al lado de la ventana y estaba segura de que no había sido una casualidad que nuestros asientos fuesen esos.
Me quedé dormida durante el viaje y Pablo me tuvo que despertar al llegar.
Aunque había estado la otra vez en París, mi sensación era como si nunca hubiese estado allí, como si pisásemos aquellas calles parisinas por primera vez.
Fuimos a un hotel cercano al de la otra vez, pero de cinco estrellas en vez de cuatro, y fuimos hacia nuestra habitación; cuando entré comprobé que era enorme, y a decir verdad era como la habitación de mis sueños, era preciosa.
-Pablo es increíble, pero esto debe de ser carísimo.
-Ese es igual amor, con tal de verte feliz pago lo que haga falta. Además cuando vi esta habitación por internet supe que teníamos que venir aquí.
-De verdad era increíble, no sé como te las apañas pero haces que todo sea perfecto.
-Jajaja, ójala.
-Te lo digo en serio
-Anda, eso eres tú, que me ves con buenos ojos.
-Si seguro
Deshicimos las maletas y ese día nos quedamos en el hotel, el cual tenía piscina y fuimos un rato a refrescarnos, había poca gente y pudimos disfrutar de la tranquilidad.
Sobre las 8:00 subimos a cambiarnos y bajamos a cenar al hotel.
Cogimos una mesa cerca del ventanal que daba a la torre Eifiel, estábamos cenando tranquilamente cuando una chica alta, guapa con uno vestido y unos taconazos se acercó a nosotros.
-¡Pablo!
-¡Mónica!
¿Mónica? ¿había dicho Mónica? ¿la misma Mónica por la que me había dejado plantada cuando estaba embarazada? No podría ser y Pablo ¿por qué tenía esa gran sonrisa? ¿qué estaba ocurriendo?
-¿Qué tal estás?
-Pues muy bien, ah Cris cariño esta es Mónica
-Encantada – intenté sacar mi mejor sonrisa.
-Vaya por fin conozco a la famosa Cristina que ha robado el corazón de mi Pablo - ¿mi Pablo? ¿pero esta tía de que va? Dios mio, se había sentado en la mesa, no podía ser - ¿no os importa que os acompañe?
-Claro que no ¿verdad amor?
-No claro - ¡Pues claro que me importaba! No quería seguir viéndola la cara por Dios, menuda noche me esperaba.
Ahora me tocaría aguantar a la petarda esta toda la noche.
Ambos parecía que se lo estaban pasando genial, recordando viejos tiempos, y contándose batallitas, así que terminé mi cena y les dije.
-¿Me disculpais? Necesito que me de el aire.
Salí a la terraza sin esperar ninguna respuesta por parte de ninguno de los dos. La terraza estaba en la otra punta del restaurante y así no tendría que escuchar a ninguno de los dos, no pensaba aguantar ni un minuto mas en la compañía de esa tal Mónica.
La verdad es que probablemente mi comportamiento no era el mas acertado, era una novia celosa, pero es que sencillamente no podía aguantarla mas, era superior a mi.
Perdí la noción del tiempo mirando París desde aquella terraza, de repente miré el reloj y me di cuenta de que llevaba allí al rededor de cuarenta y cinco minutos.
-Cariño ¿te encuentras bien?
-Perfectamente – me salió un tono un poco irónico - ¿por qué lo dices?
-Porque has salido hace como tres cuartos de hora y no has vuelto a entrar.
-Pablo esa Mónica ¿es la misma Mónica por la que me dejastes hace unos meses?
-...Si...
-De acuerdo, pues la dices que no me encontraba bien y que me he subido a la habitación a descansar
-Pero ¿por qué te subes?
-Porque no la aguanto Pablo, no quiero seguir escuchando sus historias ni su horrible risa, no me da buena espina no me preguntes por qué porque no lo sé pero yo no me quedo.
Sube cuando quieras
-Cariño no te pongas así solo somos dos viejos amigos.
-He dicho que me voy pero tu quedate todo el tiempo que quieras.
Me fui, dejándole con la palabra en la boca,no estaba dispuesta a seguir allí, con ellos dos, en una conversación en la que yo no pintaba nada.

3 comentarios:

  1. alaaa que fuerte jajaja
    me has dejado. un besoo

    ResponderEliminar
  2. diooos ya estoy esperando el siguiente como nos has dejado jajaja teeq mucho amoor eres la mejoor

    ResponderEliminar
  3. ojuuu cris q huevos jajaj!!!

    bsss

    ResponderEliminar