domingo, 8 de abril de 2012

Capítulo 8: playa


Y así fue como me dormí, la noche anterior había decidido ir a correr a la playa con Mery, pero finalmente me fui sola porque Mery tenía la tripa revuelta. Cogí unas mayas, las deportivas, me puse una camiseta de deporte y la chaqueta, también me llevé el móvil y los cascos, ya que no solía correr sin música.
Desayune unas tostadas con aceite y un zumo de naranja, y me fui a correr por la playa. Como cada vez que corría iba escuchando a Pablo, me motivaba mucho escucharle mientras corría. Llevaba unos treinta minutos corriendo cuando me choqué con alguien y nos caímos al suelo, bueno mas bien yo me caí encima.
Inmediatamente me levanté y me disculpé.
-Lo siento mucho de verdad, ay es que no te he visto, lo siento mucho.
-No pasa nada, no te preocupes, como me he caído en la arena no me he echo daño jajaja.
-¿Pablo?
-Buenos días jajaja
-Buenos días, ains de verdad que lo siento mucho – me quité los cascos
-Que no pasa nada de verdad. ¿Qué escuchabas?
-A ti, siempre que corro voy escuchando tus canciones
-¿Corres a menudo?
-Cuando tengo un hueco, y ahora ya que estoy de vacaciones tengo tiempo de sobra y aprovecho, la verdad es que correr por la playa me encanta.
-Jajaja ya somos dos. ¿Te importa si te acompaño?
-¿Importarme? Claro que no. Venga a ver quien llega antes hasta aquella roca de allí.
-Vale - y salí corriendo antes de que Pablo se diese cuenta
-¡Tramposaa!
Llegué antes que él y me tiré en la arena a esperarle
-Jajaja ¡que lento eres! - le chillé – jajaja
Entonces él llegó y se tiró encima mía y empezó a hacerme cosquillas, aquel era uno de mis puntos débiles.
-Menuda tramposilla estas hecha
-Jajajajajaja ay Pablo para, por favor jajajajajaj ay vale vale, jajajajajaj que no puedo mas jajajajaj por favor – tenía los ojos llorosos de tanto reir y me dolía la tripa. Ya no podía mas y Pablo paró
-Ya sé tu punto débil jajaja
-Que malo eres ¡ay madre que dolor de tripa! Jajaja no vuelvas a hacerme esto ehh o me tendré que vengar
-Jajaja ya veremos jajajaj
Así nos quedamos un rato, mirando el mar, y yo de vez en cuando miraba a Pablo, era tan guapo, cariñoso, humilde, cercano una se sentía a gusto a su lado, no le podía sacar ninguna pega, y la verdad es que sentía algo muy fuerte dentro de mí cuando estaba a su lado, para ser sincera conmigo misma, me estaba enamorando de Pablo, pero no le diría nada, no quería echar a perder esta amistad.
Noté a Pablo pensativo,había cambiado la expresión de su cara.
-¿Te pasa algo cielo?
-Eh... - pareció que volvía a la vida real, esbozó una sonrisa – no no, no te preocupes, estaba pensando
-Ahh vale jejeje, bueno yo me tengo que ir que Mery me estará esperando.
-Vale princesa
-Chao
-Chao

1 comentario: