Capitulo 11: sorpresas

Ambos íbamos con una sonrisa en el coche ¿Qué podía ser aquello que me iba a enseñar? Estaba bastante intrigada y el camino se me hizo muy largo. Llegamos y salimos del coche y Pablo me vendó los ojos, y me condujo hacía aquel lugar, yo no veía nada, obviamente, y si no hubiese sido porque iba de la mano de Pablo no hubiese dado ni un solo paso, entonces nos paramos y Pablo me quitó la venda. Me encontré ante un paisaje que tenía en un lado una gran pradera con flores invernales y un pueblecillo y si te girabas al otro lado veías una playa en la que estaba atardeciendo.

-Quería que vieses este atardecer, es uno de los mas hermosos que he visto nunca

Y así de pies uno muy cerca del otro fue como contemplamos el atardecer de aquella playa, era un lugar maravilloso.

Cuando el atardecer terminó me giré hacia Pablo y le volví a dar las gracias una vez mas por todo, por lo que me estaba enseñando y por los sentimientos que producía en mí. Mi viaje a Málaga estaba siendo inolvidable, en gran parte gracias a él. Entonces me dijo:

-¿Puedo probar algo?

-Claro, porque no

Entonces poco a poco fue acortando los escasos centímetros que nos habían estado separando, hasta que el aire dejo de pasar entre nosotros, me dió un beso dulce y cariñoso pero con mucha pasión. Cuando se separó de mí vi como una sonrisa se dibujaba en su rostro, entonces fui yo quien se acercó a él y le besé.

Después nos sentamos en un banco que estaba en aquel sitio que a partir de ahora sería tan importante para mí, nos sentamos abrazados, sin decirnos nada y diciéndonos todo a la vez, besándonos de vez en cuanto, así se fue el día y decidimos volver a casa.

El viaje de vuelta fue muy corto para mí y no me quería separar de Pablo, nos despedimos y entré en casa, llamando a Mery para contarle lo que me había pasado. Mery me escuchó con atención y al terminar dijo

-¿Ves? Te lo dije desde el primer momento y tú no me creiste.

-Nena es todo tan perfecto, me siento genial, no puedo dejar de sonreir.

-Me encanta verte así de feliz.

Era muy feliz, finalmente Mery si que había tenido razón.

A veces pensaba que todo era un sueño, y que tarde o temprano iba a despertar.

Fueron pasando los días y quería estar tanto con Mery como con Pablo así que estaba durante las mañanas con Mery y por las tardes con Pablo.

Me encantaba estar con él, nunca nos aburríamos siempre teníamos algún plan, pasear,ver una película incluso alguna noche me quedé a dormir en su casa, ir a la playa siempre se nos ocurría algo y así fui conociendo todos los rincones de Málaga.

Cuando me quise dar cuenta me quedaba tan solo ese día en Málaga, al día siguiente volvía a Madrid y eso me llenaba de tristeza, quería pasar mi último día allí con Pablo así que hablé con Mery y me dijo que no la importaba que me fuese con él y me lo pasase genial.

Me duché y cogí el único vestido formal que había metido en la maleta, unas medias y los tacones, me pinté un poco los ojos y cogí el bolso, antes de salir me miré en el espejo comprobando que todo estaba perfecto.