El
tiempo a su lado pasaba volando, era increíble como alguien tan
pequeñito te podía quitar tanto tiempo, Pablo estaba muy pendiente
de Mia y nos turnábamos para bañarla, y acostarla, verles a padre
e hija juntos era muy tierno.
Los
primeros meses de Mia pasaron en seguida, pese a que estábamos muy
cansados porque casi no dormíamos, eramos muy felices, nunca pensé
que fuese a tener una familia tan pronto pero tampoco me arrepentía.
Los
abuelos de Mia eran un encanto con ella, vamos que se les caía la
baba cada vez que la veían, y nos habían dicho mas de una vez que
si nos queríamos ir de luna de miel ellos la cuidaban mientras
estuviésemos fuera, pero nosotros preferíamos esperar, la luna de
miel la queríamos celebrar pero aun nos parecía muy pronto para
separarnos de nuestra hija.
Cuando
Mia tuvo diez meses, decidimos bautizarla, fue una ceremonia intima,
con familiares y amigos. La madrina de Mia fue Mery y el padrino fue
Salva, ambos se pusieron muy felices cuando se lo dijimos y aceptaron
encantados.
Poco
a poco Mia fue creciendo, ahora era un torbellino, con once meses
gateaba por toda la casa y cuando la cogías de las manos y la
ayudabas iba caminando, también empezó a decir papa y mama y cuando
la oímos por primera vez decir aquellas palabras nuestra emoción
fue increíble.
Mia
conseguía sacarnos una sonrisa todos los días, incluso en aquellos
mas duros cunado no tenías ganas de nada, ella conseguía que
sonriésemos.
Teníamos
miles de fotos juntos recordando momentos juntos, y algún que otro
video de sus primeras palabras.
Cuando
llegaron los 14 meses de vida de nuestra hija, ella dió sus primeros
pasos sola, los dió para ir con su padre, el cual, estaba
hipnotizado por la pequeña , lo daba todo por ella y estaba siempre
pendiente de que no la faltase nada y estar juntos.
Las
cosas nos iban estupendamente, no se podía pedir mas, éramos
felices, Pablo estaba grabando el nuevo Cd que tenía muy buena
pinta, y yo , bueno yo no había retomado mi carrera como tenía
pensado hacia unos mese pero la verdad es que no lo echaba de menos,
prefería estar mas tiempo con mi hija y la verdad es que estudiar no
me corría prisa, es decir, no entraba en mis planes de futuro.
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